Frozen es una película de Disney basada en un cuento de Hans Christian Andersen (La Reina de las Nieves) que nos narra la historia de Elsa una princesa nórdica con sorprendentes poderes que la hacen capaz de producir nieve y congelar lo que sea. El problema es que no sabe controlar sus poderes y llega a tener miedo de ellos. El tema de la magia que congela en Frozen está relacionado con el congelamiento del alma. El alma necesita estar integrada al cuerpo. El cuerpo necesita contacto, amistad, aprecio y cariño. Los niños necesitan calor humano, algunos dicen que cuatro abrazos al día nos sostienen y ocho nos hacen crecer.
El miedo nos congela, el trato frío se refiere a cuando alguien no nos trata como personas especiales sino como a un desconocido. El calor de hogar se encuentra en el cariño y la seguridad que en él encontramos. El trato caluroso se da cuando nos muestran afecto y nos acogen con gusto y entusiasmo. No es casualidad que este tema surga en un lugar de cuya gente se dice que es fría y solitaria, mientras a los pueblos caribeños de clima tropical se les reconoce como de gente cálida y amigable.
La canción Libre Soy (Let it go) es una pequeña obra maestra, un poema a la libertad que a mí personalmente me emociona. La canción que Elsa canta nos dice que tiene una tormenta en su interior, tiene que ser buena, tal como se espera de ella, pero sus emociones son como una olla de presión, que de tanto evitar que salgan terminan estallando sin contención. Cuando canta Libre Soy quiere decir que ya se liberó, que es ella ahora, que ya dejó salir todo aquello que tenía dentro y canta cuán bien se siente con ello. Cuando dice: "El frío es parte también de mí" se refiere a que acepta esa faceta mágica y prohibida que antes le daba miedo porque era demasiado imponente. En la película se ve cómo se va trasformando, va cambiando su ropa por una más desenfadada, un maquillaje más fuerte y una actitud poderosa y satisfecha.
Las creaciones de Elsa tienen vida, como todas nuestras creaciones, Olaf es muestra de ello. Me encanta pensar que aquello que creamos sigue existiendo por sí mismo y evolucionando.
¿Qué poder tiene Ana? Es un pregunta que he escuchado incluso a niñas fanáticas de la película. Y para mí sí tiene un gran poder que es el del amor. Ana es un ser cálido y alegre, tiene mucho amor para su hermana, tiene una gran calidez, que se refleja en su cabello rojo, mientras el de Elsa es un rubio platinado (frío). Ana anhela amar, es por ello que se compromete con el primero que se le aparece.
Es interesante que los trolls, capaces de curar y sabios en los temas del corazón, sean piedras en realidad y no hay algo más "frío" que una piedra pero se trata de un figura literaria en la que se usa la paradoja para acentuar la fuerza del personaje. Además en otras historias los Trolls son monstruos apabullantes, mientras aquí son cálidos, amistosos y graciosos. También es paradójico que el muñeco de nieve sueñe con vivir un verano, ya que esto lo mataría, hasta él es más cálido, o está tan frío que anhela calor.
Cuando Ana es golpeada por la fuerza de Elsa los trolls indican que sólo un beso de amor de verdad descongela el corazón. Más allá del tradicional beso de amor de los cuentos de hadas, en esta historia sí encuentro congruente la receta ya que sólo el amor descongela. Pero el amor que Ana necesita es el de su hermana, es el de la aceptación. Elsa ya se aceptó, pero Ana ha sido marginada de ello, la receta, por lo tanto, prescribe que Ana necesita ser acogida, aceptada y amada. La historia se cierra con la reconciliación, arrepentimiento y compromiso de Elsa con Ana quien recupera su calor y fuerza vital.
Una hermosa historia que tiene una gran metáfora sobre las relaciones humanas y lo importante que es el calor humano, la cercanía y proximidad con nuestros seres queridos y el demostrar el afecto que sentimos con todos nuestros recursos.
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